El Gobierno del DF, encabezado por el “ilustre” Marcelo Ebrard declaró el 19 de Octubre como Día Nacional contra la Discriminación, con el objetivo de promover la igualdad entre los ciudadanos y la no discriminación para alcanzar la justicia social.

¿De verdad tenemos que celebrar este día algo en nuestro país?, un país donde millones de personas viven en pobreza extrema, discriminadas de toda posibilidad de vida digna, de toda aspiración de una vida mejor.
Un país donde miles de mujeres sufren de violencia intrafamiliar, discriminadas por su propio conyugue que les hace la vida difícil, que las humilla, las maltrata y encima de todo tienen sexo sin su consentimiento.

Un país donde un gobernador con doble moral con la mano en la cintura critica la libertad de dos personas del mismo sexo a compartir sus vidas si así lo quieren y menciona que le dan asco estas manifestaciones.
Un país donde homosexuales, lesbianas y transgéneros son despedidos de manera injusta de sus trabajos por no tener la preferencia sexual “normal” del resto de los ciudadanos.

Un país donde el Presidente de la Republica habla de dientes para fuera de garantizar seguridad para su gente cuando a diario vemos la cantidad de gente que muere a consecuencia de esta guerra sin cuartel en la lucha contra el narco.
Pero porque hablar de discriminación y su lucha por erradicarla cuando nosotros mismos criticamos, discriminamos o rechazamos a los demás por alguna condición, por su aspecto, por ser indígena, por ser extranjero, porque no estudio, porque esta gordo, porque esta flaco, por pendejo, por chingón, por lo que sea..

19 de octubre, día de analizar nuestra conducta y pensar un poco en abrir el panorama para aceptar a los demás como son y como piensan.
Y no se pide más, ni nada imposible, solo tolerancia y respeto.